¿Código de Salud o de muerte?

P. Ángel Chávez

avecheme@yahoo.es

La Asamblea Nacional, el 25 de agosto de 2020, aprobó el Código Orgánico de Salud.

Ante esta decisión controvertida, varias voces de la mayoría del pueblo ecuatoriano se han hecho escuchar y se preguntan ¿es un código de salud o un código de muerte?

Los obispos del Ecuador en una declaración pública, del 26 de Agosto del año en curso, manifiestan que, “fieles a nuestra misión de promover y defender la vida humana en todas sus expresiones”… “vemos con enorme preocupación la afectación de los derechos humanos, consignados en la Constitución” tales como el derecho a la vida desde la concepción, “al promover el aborto, de una manera ambigua o indeterminada, como emergencia obstétrica”; el derecho de los padres y madres para educar a sus hijos en temas de educación sexual; la objeción de conciencia de los médicos en casos que atenten contra la vida; el derecho de la mujer a la maternidad plena y la dignidad del cuerpo humano; derecho a la identidad sexual masculino o femenino.

Los derechos humanos, no vienen por consensos políticos ni por concesiones del Estado, sino que son parte esencial de la naturaleza humana y como tales, el Estado y la legislación deben “reconocerlos, respetarlos, defenderlos, promoverlos y garantizarlos” y no atentar contra ellos. Por lo tanto, como hombres de fe, que son la mayoría del pueblo ecuatoriano, piden “al Señor Presidente de la República para que, libre de presiones políticas y económicas, vete estos artículos que atentan contra los derechos humanos, favoreciendo y defendiendo la salud integral de las personas, la objeción de conciencia, la vida humana, el rol primario de la familia dentro de la sociedad en la educación de sus hijos, previsto en la propia Constitución”.

Así mismo, se hace un llamado a la Señora Vicepresidenta de la República y a todos quienes tienen responsabilidades institucionales, a no dejar de hacer lo que tienen que hacer, a no callar la verdad, ni claudicar en los grandes principios. A no dejarnos engañar por falsas ideologías de género, puesto que el pueblo ecuatoriano ya se pronunció en una consulta anterior sobre estos temas y dijo con claridad: no queremos un aborto de “emergencia obstétrica”, no queremos vientres de alquiler que atenta contra la dignidad misma de las mujeres y el sentido de la maternidad, no queremos que los padres de familia pierdan su papel de educar a sus hijos en temas de sexualidad, no queremos médicos que no puedan ejercer su objeción de conciencia, no queremos que se manchen nuestras manos de sangre con una ley de muerte y no de vida, una ley de sangre.

La mayoría de ecuatorianos somos personas que amamos la vida, la defendemos, luchamos por ella, lo hemos demostrado en las calles con las marchas por la vida, de ahí que apelamos a la sensibilidad del Sr. Lcdo. Lenin Moreno, a la Sra. María Alejandra Muñoz, “mujer de principios cristianos, que tome la cruz de Cristo, la cruz de la vida no de muerte, y escuche todo el clamor del pueblo ecuatoriano, ante una ley de muerte”.

Invocamos también a María, la Madre de Dios, madre de Jesucristo, mujer portadora de la vida, mujer fuerte al pie de la cruz de su Hijo, que interceda por nosotros y construyamos más bien una “civilización del amor, de vida no de muerte”.