La calle lojana Lourdes, a través de los años, sigue manteniendo su tinte colonial

Las edificaciones de antaño atraen a propios y visitantes. Moradores y comerciantes elevan tres pedidos urgentes y básicos.

La calle Lourdes, en un día soleado.

Uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad de Loja es la pintoresca calle Nuestra Señora de Lourdes, específicamente el tramo colonial, que se encuentra entre las calles Bolívar y Sucre, cerca de la Plaza San Sebastián y del típico barrio Máximo Agustín Rodríguez, organizador cada 18 de noviembre de la denominada Posta de la Lojanidad.

Una mirada al pasado
Este pequeño tramo de calle, que sabe a colonial, sin duda alguna llevará de vuelta al pasado a quien lo transite. Aquí se encuentran 52 edificaciones, donde han sido montados distintos negocios como cafeterías, restaurantes y, especialmente, locales que ofrecen un gran surtido de productos artesanales y que resaltan la cultura de Loja y el país.
María Eugenia Correa, propietaria de Artesanías Paula, desde hace 22 años y quien, en un inicio, vendía flores y velas, cuenta que con el pasar del tiempo se fue innovando y ahora realiza productos artesanales a base de madera.
“Este tramo, desde hace años, viene siendo un atractivo, tanto por el diseño de las casas como por sus colores, lo cual llama la atención de quienes visitan el lugar y garantiza su regreso”.


Durante el día, la ‘Lourdes’ es muy concurrida, particularmente por los mismos lojanos y visitantes que llegan a ese espacio de 100 metros de longitud (una cuadra) en busca de nuevas experiencias turísticas y de compras. Las noches, en cambio, son más tranquilas y armoniosas. Es que la iluminación de sus farolas le da al sitio un toque más llamativo y único, además de ser muy agradable para la vista.

No al cierre de la calle
Ángel Jaura, propietario del taller de calzado ‘Ángel’, quien arregla toda clase de zapatos, carteras, correas, entre otros, expresa que, hace unos cinco años, se realizaban varias ferias en el tramo, donde se recibía a propios y extraños que llegaban a comprar y que salían muy satisfechos. “Hoy en día el turismo se está perdiendo y la venta, de igual manera, no crece”, manifiesta.


El artesano confiesa que teme que alguna autoridad se le ocurra cerrar la calle, como sucedió hace tiempo y que perjudicó en forma notable a las ventas y, por tanto, considera que no es conveniente porque el lugar ha estado un poco olvidado y el paso de los vehículos permite, al menos, que los comerciantes entreguen sus tarjetas promocionales de sus locales.


Ángel, de igual manera, espera que no se instalen bares porque, en algunos casos, se han presentado desórdenes en la calle colonial, provocando incomodidad en los moradores que temen por su seguridad.
La calle, en los últimos años, ha pasado por una serie de dificultades, como el cierre de casi un año, debido a los trabajos de regeneración urbana, al igual que el bloqueo dispuesto por el Municipio, que decidió peatonalizarla. La pandemia del coronavirus también golpeó a los comerciantes, algunos de ellos, optaron por cerrar sus negocios para ir en busca de nuevas oportunidades.


“La calle Lourdes fue rescatada en una de las alcaldías de José Bolívar Castillo, quien presentó un proyecto y consiguió el financiamiento para adecuar las fachadas de las casas. Debería haber un proyecto que vincule a los patios de las residencias, se los restaure y también que se llame a la inversión sin poner muchas trabas a los interesados”, expresa Yadira Carrión, propietaria del almacén ‘Arte-Sano’, que lo atiende desde hace aproximadamente 20 años.

Tres pedidos básicos
Un grupo de moradores solicita tres obras básicas que les dará mayor seguridad: la instalación de un cajero automático, la habilitación de un ‘ojo de águila’, y un sensor de velocidad, esto último porque a diario los vehículos imprimen velocidad y no existe un control y que, de seguir así, podría desencadenar en un problema grave.


Los emprendimientos no cesan allí. Es el caso de Ivanova Castillo, quien, desde hace un año, elabora tatuajes personalizados. Comenta que se siente a gusto allí con sus ingresos económicos. Al igual que el resto de comerciantes y habitantes, considera que se debe ejercer un mayor control al tráfico vehicular.

En definitiva, el tramo colonial es ampliamente conocido en la urbe lojana y también a escala nacional, debido a que se puede observar una infraestructura muy colorida que conserva las características de las viviendas antiguas, que, tras apreciarlas, conducen al ciudadano al pasado. A pesar de su constante transformación, la calle lojana Lourdes sigue y seguirá manteniendo su tinte colonial.

LA VOZ
La calle fue rescatada en una de las alcaldías de José Bolívar Castillo, quien consiguió el financiamiento para adecuar las fachadas de las casas”, Yadira Carrión, propietaria del almacén ‘Arte-Sano’.

Este tramo, desde hace años, viene siendo un atractivo, tanto por el diseño de las casas como por sus colores…”, María Eugenia Correa, propietaria de Artesanías Paula.

El turismo se está perdiendo y la venta, de igual manera, no crece”, Ángel Jaura, propietario del taller de calzado ‘Ángel’,

CLAVE
La calle se denomina Nuestra Señora de Lourdes. Se encuentra entre las calles Bolívar y Sucre, al sur de la urbe.