Entre las estrategias de campaña del reelecto presidente Daniel Noboa estuvo la de llegar al corazón del adulto mayor, a quien lo visitó en varias ciudades del país, ofreciéndoles acercarse más a ellos y no olvidarlos.
La estrategia resultó. Una rebelión de “abuelitos” salió el domingo 13 de abril a celebrar la vida para no dejar de existir, lo hicieron a pie, con bastón, muletas, sillas de ruedas o apoyados en el brazo de sus bisnietas con rumbo a las juntas receptoras del voto, para depositar en las urnas su decisión, que no pudo ser otra que asegurar el destino del país, con un futuro de paz, esperanza y libertad.
A propósito, en redes sociales y también en la tele se pudo compartir varias historias y escenas protagonizadas por los “viejecitos” como los llamaba el ex presidente Lenin Moreno. Una ancianita que salía del recinto electoral con los pies hinchados de tanto caminar por los recuerdos se encontró con un Noboa de cartón, se acercó, lo acarició, le dio la bendición y con palabras entrecortadas le deseó que triunfe y le vaya bien en su gobierno.
Por la ejemplar responsabilidad cívica y de valentía para asistir a sufragar, es nuestra obligación valorar y reconocer la participación, el mensaje y la convocatoria de los “abuelitos” y más personas de la tercera edad, que estando empadronados 1´800 427, asistieron a votar una gran mayoría que pudo ser decisiva para el triunfo de Noboa. Asegurando, según se ha dicho, que “Hoy el pasado salvó al presente para que tengamos futuro”.
El compromiso prioritario del Estado de atender a este respetable grupo etario, conlleva una exigencia para el presidente reelecto Daniel Noboa, porque los “abuelitos” que están por ir a disfrutar la Vida Más Grande, necesitan partir asegurando la vida y el bienestar de sus hijos y nietos, con la esperanza de que el joven Presidente logre reconstruir el alma misma de la Nación.
Adolfo Coronel Illescas