El Gran Padrino

El gobierno de Guillermo Lasso venía haciendo esfuerzos por recuperar imagen y popularidad y por ello lanzó una consulta mañosa donde pretende mostrarse como el paladín de la lucha contra la corrupción y el narcotráfico, pero le salió el tiro por la culata.

En días pasados el medio digital La Posta destapó la olla de grillos con una denuncia que involucra al cuñado del presidente Lasso, Danilo Carrera (encargado para manejar las empresas públicas), y se dice que es la cabeza de todo un entramado de corrupción, en el que aparecen nombres de Leonardo Cortázar, Rubén Chérrez, Hernán Luque y Xavier Jordán, personajes de pasado obscuro y triste recordación.

En esa denuncia se dice que Danilo Carrera, apodado como el Gran Padrino, coimeaba a contratistas y proveedores de empresas como Celec y Cenetel, manejando trece mil millones de dólares en contratos al año. Y no puede ser de otra manera, pues todos los gobiernos, desde el retorno de la democracia representativa, han llegado con hambre atrasada y han asaltado la caja fiscal, unos han robado más que otros, solo recordemos la “década ganada del correísmo”.

La cosa es muy grave por el lado que se la vea. Recién ayer, Lasso, pide la ayuda de la INTERPOL para que se capture e investigue a todos los involucrados a excepción de su cuñado.

Además, no es primera vez que el gobierno de Lasso está involucrado en casos corrupción. Recordemos el año pasado que se negociaban con ministerios para alcanzar mayorías en la Asamblea Nacional para que pasen sus proyectos; el caso Ripalda, por la venta de cargos en el Ministerio de Agricultura; el caso DANUBIO, donde estuvo involucrado Juan José Pons, ex consejero del gobierno, en el que se investiga una red de asociación ilícita para la entrega de cargos en varias instituciones públicas; el caso de los narcos generales, etc.

¿Se puede creer que el Presidente está sinceramente interesado en combatir la corrupción y el narcotráfico? Sin duda, no. No se puede creer que quien convive con corruptos va a poner fin a la corrupción.

Remo Cornejo Luque