Ya no hay conversación, sólo se habla

Estar dentro de la cultura digital bajo un permanente estado de conectividad nos está llevando a desarrollar hábitos que atentan contra la conversación y el diálogo, principales rasgos de las relaciones sociales. La conversación cara a cara ya casi no se da, y menos ahora que estamos en pandemia, lo cual va en contra del acto más humano y humanizador que podemos realizar. Estar frente al otro  desarrolla una actividad muy singular como es “escuchar” que a la final se convierte en el elemento generador de empatía. Actualmente hemos inclinado nuestra  afición por las interacciones sociales virtuales dentro del campo familiar, laboral, de amistad, educación y de relaciones sentimentales, sin advertir el peligro que ello comporta. Es verdad que se habla mucho, existen datos, números y palabras a millones, pero no hay conversación. El no poder mirar a los ojos, los gestos corporales y otras manifestaciones que están implícitas en el acto comunicativo, nos descoloca, crea confusiones e incluso mal entendidos que pueden terminar en discusiones o altercados.

Creo que en fechas como las que se nos vienen encima, deberíamos tratar de humanizar nuestras relaciones sociales, practicando algunos ejercicios: reemplazar los emails por llamadas telefónicas, realizar en el hogar prácticas continuas de desconexión, llamar a familiares lejanos, etc.

Hagamos que  el mejor regalo navideño sea la conversación.