San Ignacio es un destino que combina maravillas naturales, riqueza histórica y una gastronomía única.
San Ignacio, situado a 1324 metros sobre el nivel del mar en la región de Cajamarca, Perú, es una tierra rica en café, miel de abeja y bosques naturales. Su ubicación estratégica en la línea limítrofe entre Perú y Ecuador, se destaca por su diversidad de paisajes naturales típicos de la ceja de selva, ubicada entre las cordilleras Occidental y Real de los Andes.
Este lugar alberga áreas boscosas que actúan como laboratorios naturales para plantas medicinales, y cuenta con numerosas iniciativas de conservación biológica. Además, las organizaciones locales están activamente involucradas en el desarrollo turístico de la región.
Recursos turísticos
El distrito de Huarango, en la provincia de San Ignacio, ofrece atractivos como la «Balsa Extrema» en Puerto Ciruelo. Este balneario, el único de Cajamarca, cuenta con deportes acuáticos y un canoping que cruza el río, atrayendo a visitantes con su clima cálido y su ubicación estratégica a solo una hora de Jaén y San Ignacio. Además, el restaurante Tinku en Puerto Ciruelo promueve la sostenibilidad usando productos reutilizables.
Otros atractivos de Huarango incluyen la Laguna Azul y el Museo de Piedra «Barrios Altos», que exhibe colecciones de piedras y animales disecados. La Laguna Azul, con 20 hectáreas de extensión y una profundidad de hasta 20 metros, es ideal para actividades acuáticas como kayak y paseos en bote.
El caserío de La Huaca en el distrito de San Lourdes es conocido por su riqueza paleontológica, con rutas fosilíferas y un museo que alberga restos de ammonites y otros fósiles. Además, ofrece atractivos naturales como la catarata Las Orquídeas, los toboganes naturales y la catarata Tres Amores.
Gastronomía Local
San Ignacio también es reconocida por su gastronomía. La Cafetería y Tostaduría Romero Coffee, con más de 12 años de experiencia, ofrece una variedad de productos a base de café, destacándose por la calidad de su grano. El restaurante Don Alberto, situado en el caserío Mandinga, es famoso por sus platos de gallina criolla, ceviche y cuy con papas, atrayendo tanto a turistas peruanos como ecuatorianos.
PARA SABER
Sus iniciativas de conservación y desarrollo turístico sostenible, junto con la calidez de su gente y la riqueza de sus productos locales, la convierten en un lugar para viajeros que buscan una experiencia auténtica.