Peripatetismo

¿Por qué el hombre se pone a filosofar? Aristóteles (384-322 a.C.) responde a esta pregunta: Todos los hombres tienden por naturaleza a saber. Esta afirmación es el origen de la Metafísica aristotélica. Aristóteles y sus seguidores realizaban una actividad filosófica llamada Peripatetismo, en griego περιπατιίν (peripatiín). El peripatetismo consistía en dar vueltas, deambular alrededor de un patio mientras debatían oralmente sobre pensamientos, reflexionaban sobre la vida queriendo conocer el porqué de las cosas; es decir, buscaban el saber. La razón del deseo de conocer de la persona es nada menos que su naturaleza; el saber es la esencia de la persona.

La raíz concreta del filosofar de la persona es su capacidad de asombro. Pero, ¿qué asombra a la persona? ¿qué cosas son extrañas para la persona? Para responder a estas interrogantes las personas tendríamos que preguntarnos, ante las situaciones de asombro, ¿qué es esto? Al buscar la respuesta a esta última pregunta, es cuando empieza la Filosofía. Filosofando encontraremos el saber; con el saber seremos, en esencia, personas. Algunas respuestas ante el asombro de las cosas de la vida diaria pueden ser míticas, causadas por poderes, y otras, en cambio, pueden ser teoréticas.

Ya no estamos en la Grecia antigua, ya no tenemos el patio para deambular, continuamos en distanciamiento; pero podemos realizar Peripatetismo. Afortunadamente tenemos capacidad de asombro ante situaciones políticas, económicas, sociales, sanitarias, ambientales. La ciencia y la tecnología están en continuo avance; siempre nos asombrarán con algo nuevo. En este espacio opinaré sobre situaciones que me asombren, situaciones que hagan que me pregunte ¿qué es esto? Cambiaré la Grecia Antigua por Loja y Ecuador; el patio para deambular por el medio digital HORA32 y el distanciamiento por el email y las redes sociales.

Richard Serrano Agila

rgserranox@gmail.com