Muchos males son los que han afectado a la humanidad desde los inicios mismos de su paso ocasional por este planeta.
Desde principios del siglo XVII cuando Francis Bacon introduce por primera vez, la actual concepción de eutanasia, es decir la acción del médico sobre el enfermo incluyendo la posibilidad de apresurar su muerte, se han levantado voces de todo tipo para , supuestamente denunciar que nadie tiene derecho a terminar con la vida de otro ser humano. Estas mismas voces, jamás se las escucha cuando potencias extranjeras invaden países enteros buscando petróleo dejando una secuela de tragedia y de muerte a su paso.
Muchos casos hemos presenciado de indefensos seres humanos condenados a largos años de agonía y que suplican que se les ocasione la muerte porque es insoportable su agonía; sin embargo, esta sociedad llena de tabúes y de falsos dogmas hace todo lo posible por condenar al sufrimiento y a la agonía a personas indefensas que no pueden ya luchar contra tanto dolor.
Siempre son satanizados quienes proponen nuevos temas para mejorar la humanidad. En su tiempo condenaron a los pensadores como Galilei, Newton o Copérnico por proponer teorías nuevas de la ciencia, como aquello que no era el sol sino la tierra que giraba alrededor de él. Fue condenada la mujer cuando propuso que ella también tenía el derecho al voto universal, o la condena social a don Eloy Alfaro cuando implantó el divorcio para terminar con el matrimonio. Así mismo, el tema de la eutanasia ha sido estigmatizado y nadie quiere abordarlo, nadie quiere hablar de él.
En fin, tarde o temprano nuestra sociedad deberá aceptar que se deben hacer cambios profundos para propender a una verdadera justicia en donde sea el hombre y no el dogma quien decida sobre el destino de la humanidad.
Hever Sánchez M.
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