Esperanza y resiliencia

El ser humano se ha enfrentado a catástrofes de carácter sanitario en muchos episodios de su historia antigua y contemporánea con ejemplos como la peste bubónica que por 2000 años se presentó con sus tres principales olas, Plaga Justiniano en el siglo VI, la epidemia medieval en el siglo XIV y una pandemia a finales del siglo XIX, también la viruela o la gripe española de 1918 que han cobrado millones de vidas alrededor del mundo.

El concepto de resiliencia va tomando protagonismo respecto a estos hechos que marcaron al mundo que conocemos hoy. La resiliencia es la capacidad que tenemos las personas para adaptarnos a una serie de situaciones traumáticas, tragedias, percances o adversidades y pese a todo somos capaces de seguir adelante e inclusive transformarnos. Una respuesta natural del ser humano ligado directamente con su instinto de supervivencia.

Con las promesas de efectividad de las diversas vacunas que en tiempo récord la ciencia mundial ha logrado crear, nos muestra una luz de esperanza al final del túnel para nuestros sueños y aspiraciones. La historia, con ejemplos nos muestra que las grandes crisis sanitarias sin importar su procedencia alcanzan un punto de control. Las vacunas, aunque todavía no se constituyen en una solución a corto plazo son una buena noticia en un año marcado por el sufrimiento e incertidumbre recordándonos que aún no es momento de relajarnos, esta noticia nos muestra que la fuerza de la ciencia y la resiliencia del mundo para adaptarse y enfrentar al mortal virus nos permite soñar con días mejores.