Bienvenida, ‘Churonita’

En contraste con el resto de días, la ciudad de Loja amaneció este sábado 26 de agosto con un movimiento más intenso que el de costumbre. Y es que se preparaba para recibir a una huésped ilustre, milagrosa, adorada e idolatrada por centenares de miles de devotos que creen en sus milagros y que han depositada en ella toda la fe.

Los millares de devotos hacen una pausa a la crisis económica que afecta a sus hogares, todo por cumplir con la Santísima Virgen del Cisne. La romería de este año fue diferente y única, por primera vez en su historia se cambió de fecha por motivo de las elecciones presidenciales. Del tradicional 20 de agosto, se postergó una semana para cumplir con la larga caminata de 37 km desde el cantón Catamayo hasta la ciudad de Loja.

Es impresionante ver como la fe de miles de devotos recorre más de 70 km, que inicia desde el Santuario de la parroquia El Cisne, rodeado de montañas y torcidas callejuelas, hasta hacer su arribo a la ciudad de Loja, donde la Virgen María es recibida con rosas, flores y cánticos de amor; así como también es venerada y recibida con advocaciones por parte de los peregrinos y ciudadanos que llegan de todos los rincones del país y del norte de Perú. 

La romería de la Virgen del Cisne es catalogada como la muestra de fe más grande del país, donde participan cientos de miles de feligreses, muchos de ellos descalzos, sin distinción de raza, posición económica, social o política, motivados por evidenciar a la portentosa estatuilla que simboliza a la milagrosa Virgen del Cisne. Con la llegada de ‘La Churonita’ a Loja inician las festividades religiosas, agrícolas y comerciales que por Decreto del Libertador Simón Bolívar se realizan anualmente, lo cual genera una reactivación económica y un movimiento comercial sin precedentes en esta ciudad, una razón más para que el amor y la fe a la Virgen del Cisne no desvanezcan, sino que se multipliquen.

César Sandoya Valdiviezo

@SandoyaC