A propósito de los festejos por los bicentenarios de independencia española de varias ciudades ecuatorianas, me gustaría hacer un recuento brevísimo de ciertas falacias urbanas respecto a lo logrado en estos 200 años, lo haré en el contexto global, más que en el parroquiano.
Partiendo de la falacia “El mundo está cada vez peor” podemos analizar algunas verdades ocultas, se ha preguntado usted, estimado lector, cuál era el nivel de pobreza dos siglos atrás, la respuesta quizá le sorprenderá, según un estudio del Banco Mundial el 95% de los habitantes del planeta Vivian en pobreza y en pobreza extrema.
Siendo práctico, me atrevería a decir, basado por su puesto en la evidencia empírica, que de partida, la pobreza es el estado natural de las personas y las sociedades, o al menos lo era en 1820.
En 1820, apenas el 10% de las personas mayores de 15 años estaban alfabetizadas, hoy en día el nivel de alfabetización en el mundo alcanza el 85%
Si hablamos de salud, para aquellos que piensan que antes la gente era más sana, pues las cifras dicen todo lo contrario, por 1820 el 43% de los niños nacidos morían antes de cumplir los cinco años de vida, y el parto era la principal causa de muerte de las mujeres de ese entonces, hoy la muerte por estas causas es 10 veces menor.
Una mayor educación de la población mundial consiguió muchos progresos científicos, como el descubrimiento de los antibióticos, la pasteurización, la potabilización del agua, los conservantes alimenticios, entre otros tantos descubrimientos.
Todas las progresos científicos en la industria alimenticia mejoraron la inocuidad de los alimentos y con ello la disminución de las enfermedades entéricas, principal causa de muerte dos siglos atrás, así que si usted pensaba que la comida de antes era más sana por no contener aditivos y conservantes, pues me cabe la ingrata tarea de informarle que nuevamente fue engañado.