Un testimonio de esperanza en tiempos difíciles

En los momentos más críticos, cuando los incendios forestales amenazaban consumir el corazón verde del cantón Loja, la ciudadanía demostró que la verdadera fortaleza no reside en instituciones, sino en el espíritu colectivo de sus habitantes.

Mientras las autoridades tardaban en reaccionar, los ciudadanos ya estaban en la línea de fuego con machetes en mano, cortando ramas, enfrentando el calor que les derretía las zuelas de los zapatos, los voluntarios no escatimaron esfuerzos, jóvenes, adultos, tercera edad, comerciantes todos dejaron sus actividades cotidianas para defender la madre naturaleza.

Las espinas se clavaban en sus manos, pero su determinación era más profunda que cualquier herida, varios cerraron sus negocios en medio de una crisis económica, priorizando el bien común sobre el interés individual, todos aportaron con trabajo, alimentos, agua, atención a animales heridos, cada quien contribuyó según sus posibilidades.

Los incendios son un grito de alerta sobre el cambio climático, la falta de lluvias, son consecuencias de nuestra desconexión con el entorno, este evento nos obliga a ser más conscientes, más empáticos con la naturaleza. La comunidad de Loja nos enseña que la verdadera resiliencia nace de la unidad, del compromiso colectivo con nuestro entorno, cada mano que ayudó y que ayuda, cada persona que se movilizó, es un testimonio de esperanza en tiempos difíciles.

Chriss Jiménez Loaiza

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