Un tema que no puede pasar por alto es el fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humano (Corte IDH) al Estado por la violencia sexual a Paola Guzmán, dictada el 14 de agosto del 2020.
La causa: un abominable hecho sucedido el 2001 cuando Paola Guzmán apenas tenía 14 años y Bolívar Eduardo Espín Zurita, en ese entonces, vicerrector le ofreció “su ayuda” para pasar dos materias. Situación que provocó que, el 12 de diciembre de 2002, la joven se quite la vida tomando pastillas con fósforo blanco.
Espín Zurita fue acusado de acoso sexual, violación e instigación al suicidio, pero prescribió…
La lucha de su madre Petita Albarracín con el apoyo de Cepam (Centro Ecuatoriano para la Promoción y Acción de la Mujer) consiguieron que el Estado implemente, en el plazo de un año, una serie de acciones para evitar que hechos como éstos sigan sucediendo.
“Se ha limpiado el nombre de mi hija… Sé que no la tendré más conmigo, pero me queda la tranquilidad de que su muerte no será en vano pues con esta sentencia los agresores no serán encubiertos nunca más”, dijo la madre.
Proeza histórica que solo una madre puede batallar. Sin embargo, sigue siendo nuestro deber prevenir a: hijos, sobrinos, hermanos, amigos etc. y denunciar este tipo de abusos, que lamentablemente persisten en los establecimientos educativos por la existencia de enfermos mentales que satisfacen su deseo sexual a costa de lo que sea.