Nadie se acuerda de Chaquinal

Las intensas lluvias del fenómeno de El Niño de 1997 terminaron hundiendo el suelo y cuarteando las casas del casco central de Chaquinal, parroquia rural del cantón Pindal.

La falla geológica que atraviesa el centro del poblado prohíbe el desarrollo de obras, por lo que los técnicos del Miduvi en su momento recomendaron su reubicación inmediata hasta el sitio conocido como Gramales, ubicado a 3 km de distancia, un anhelo que hasta la fecha no se cumple.

El acuerdo consistía en que el Municipio de Pindal adquiera un terreno de 12 hectáreas para construir alrededor de 100 viviendas para igual número de familias, con bonos que ofreció en su momento el Ministerio de Desarrollo Urbano y Vivienda. Han pasado tres administraciones municipales y ninguna logró cumplir con lo que establecía el estudio técnico.

A esto se suma que un gran porcentaje de la población se niega a salir del centro urbano de Chaquinal, por considerar que ahora el suelo se ha estabilizado y desde que se detectó el hundimiento del suelo y las primeras viviendas cuarteadas, este panorama ya no se ha vuelto a repetir.

El futuro de la parroquia es incierto, el GAD parroquial está prohibido de realizar obras en el centro urbano por tener un terreno inestable, por lo que su gestión se desplaza a los barrios y comunidades rurales.

La población conformada por más de 1300 habitantes, distribuida en sus ocho barrios, aún sufre por la falta de transporte, alumbrado público y servicio de agua, principalmente.

El ofrecimiento de las autoridades abriga esperanza de la ciudadanía que sufre los designios de la naturaleza y la inclemencia del olvido.