Es una maestra que mantiene un gran vínculo con sus alumnos y también es una inspiración para sus hijas.

Una madre cercana, dedicada y resiliente; una docente apasionada que ha marcado la vida de generaciones. Así es Lourdes Mireya Moncayo Palacios, una mujer cuya trayectoria profesional y personal se entrelaza con la entrega, el compromiso y, sobre todo, el amor incondicional por sus hijas.
Con 25 años de experiencia en la docencia, Lourdes ha dejado una huella imborrable en la comunidad educativa lojana. Durante 17 años formó parte de la Unidad Educativa Particular Eugenio Espejo y desde hace ocho, comparte sus conocimientos en Ciencias Sociales en la Unidad Educativa Particular Antonio Peña Celi. En ambas instituciones ha ejercido también roles de liderazgo como presidenta de las asociaciones de empleados y profesores, además de coordinadora del área.
Su carácter sociable y empático le ha permitido crear vínculos genuinos con estudiantes, padres de familia y colegas. “Con varios de mis alumnos he generado amistades que perduran con los años. Es gratificante verlos como profesionales, liderando proyectos o trabajando en instituciones, y sentir su gratitud no solo por lo aprendido en clase, sino también por los consejos compartidos”, expresa con alegría.
La vida personal de Lourdes ha estado marcada por desafíos que enfrentó con fortaleza. Se casó joven, y cuando su hija mayor, Daniela Alejandra, tenía ocho años, y la menor, María de Lourdes, apenas uno, tomó la difícil decisión de separarse y criarlas prácticamente sola. “Dediqué gran parte de mi vida a ellas”, afirma. Mientras continuaba su labor docente, también apoyaba en el restaurante familiar 200 Millas, demostrando una admirable capacidad para sostener su hogar y continuar formando.
Gracias al ejemplo de sus padres, pudo construir una estructura familiar sólida y, al mismo tiempo, consolidar su amor por la docencia. Inscribió a sus hijas en la misma institución donde enseñaba, lo que le permitió estar cerca de ellas durante su desarrollo. “La educación me dio la posibilidad de acompañarlas de cerca y también de forjar grandes amistades que conservo hasta hoy”, cuenta con alegría.
Un lazo familias inquebrantable
Para Lourdes, su mayor orgullo son sus hijas, Daniela Alejandra y María de Lourdes, quienes ya son profesionales y comparten su sensibilidad social, especialmente por la causa animalista. Rescatan perritos callejeros y colaboran con fundaciones de rescate animal. “Somos defensoras de los derechos de los animales y apoyamos toda causa que los proteja”, enfatiza.
Pensando en el futuro, Lourdes anhela apoyar más activamente el emprendimiento de sus hijas en el ámbito de la belleza. Sueña con seguir construyendo junto a ellas nuevos proyectos, combinando su experiencia, creatividad y amor maternal.
Aunque su padre, Vismar Moncayo Macas, ya no está, guarda con cariño sus enseñanzas y consejos. Hoy, sigue contando con el apoyo de su madre, Marta Lucía Palacios, a quien considera su pilar incondicional. También comparte una estrecha relación con sus hermanos, Marta y Jorge Luis, con quienes mantiene una entrañable amistad.
Desde hace seis años, Lourdes vive una relación estable y fortalecida con Fabián Novillo Riofrío. “Es un compañero de vida con quien compartimos valores y el amor por la familia. Es necesario agradecer por su presencia y apoyo constante”, señala.
Educación, artes y raíces
Nacida en la provincia de Galápagos, Lourdes llegó a Loja a los cuatro años junto a su familia. Fue en la Unidad Educativa La Inmaculada donde recibió su formación básica y construyó sus primeros sueños. “Me crié y construí mi vida aquí. Amo a Loja y me siento una lojana más”, dice con orgullo.
Estudió Derecho en la Universidad Nacional de Loja y obtuvo el título de abogada, aunque decidió no ejercer. Su pasión por el arte también es evidente: disfruta del canto y asiste desde hace más de 15 años a clases de bailoterapia, actividades que le ayudan a mantenerse activa y recargar energías.
Ser madres, una experiencia incomparable
Lourdes cree firmemente que hoy las mujeres pueden cumplir múltiples roles y que ser madre no debe verse como una limitación. “Muchas se cohíben de ser mamá, pero les invito a vivir esta maravillosa experiencia que no se compara con nada. Es un esfuerzo doble, sí, pero es gratificante ver a los hijos formados, siguiendo su propio camino con libertad y valores”.
Su vida es un testimonio de coraje, amor y vocación. En este Día de las Madres, Lourdes Moncayo representa a todas aquellas mujeres que, con entrega y valentía, son el motor de sus familias y una inspiración en su entorno.
VOZ
“Como docentes, tenemos la oportunidad de conocer de cerca las realidades y desafíos que enfrentan nuestros alumnos, lo que nos permite entender mejor las distintas etapas de la vida. Esa experiencia nos ayuda a cometer menos errores con nuestros propios hijos y a desarrollar una mayor empatía y comprensión”,
“Me apasiona capacitarme constantemente, ya que la investigación científica siempre ha despertado mi interés. Gracias a ello, he tenido la oportunidad de participar en proyectos que me han llevado a viajar y aportar con mi experiencia. Durante la pandemia, profundicé en el uso de herramientas tecnológicas, lo que me abrió nuevas puertas y enriqueció aún más mi labor docente”.
Lourdes Mireya Moncayo Palacios
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