La verdadera amistad

Para entender el valor de la verdadera amistad, es bueno recordar las palabras del religioso y escritor cuencano Fray Vicente Solano (1791-1865), quien sobre el tema dice: “La amistad es un género muy difícil de practicar; quien no tiene amigos se expone a perecer y, el que  los tiene, a ver desengaños” Es evidente, somos seres sociables y necesitamos compartir con alguien nuestro entorno cultural, familiar, recreativo, etc.; entonces, qué mejor hacerlo con los amigos(as) quienes, incluso estarían prestos para brindarnos su apoyo. La contraparte: aquellos a quienes consideramos amigos, ¿lo son de verdad? O, el momento menos pensado nos pueden hundir con su desengaño o traición.

Es tan común llenarnos la boca con nombres de personas a quienes, en principio, consideramos amigos; pero, nos hemos puesto a pensar qué significa la verdadera amistad. Amigo(a) es quien te ofrece su aprecio desinteresado, aquel que vela por tus preocupaciones, que está en todo momento para disfrutar contigo los buenos momentos y sobre todo para solidarizarse cuando negros nubarrones ensombrecen tu vida para darte la mano y brindarte su apoyo. Y, tú, igual estás listo para corresponderle en los mismos términos. El verdadero amigo es aquel que, incluso, está dispuesto a sacrificar su felicidad a cambio de la tuya.

Porque amistades hay muchas: personas a quienes hemos brindado nuestro afecto, pero,  luego, descubrimos que eran amistades interesadas que, lo único que buscaban era aprovecharse de tu talento para que le ayudes en las tareas, o disfrutar de las comodidades de las que tú podrías tener, o porque pueden sacar algún beneficio económico sin que, para ello, les importe el daño que te podrían ocasionar; o, aquellos, que son capaces hasta de pisarte para dar un brinco arriba de ti, gozando de algún beneficio. El verdadero amigo nunca te lleva por el camino del mal, sino que te encauza hacia la práctica del bien.

El viernes es 14 de febrero, Día del amor y la amistad. Disfrutemos con los seres que amamos y son parte de nuestra ruta vivencial, y celebremos el hecho de tener amigos que realmente valen la pena: posiblemente no sean muchos, pero sí, verdaderos.

Darío Granda Astudillo

dargranda@gmail.com

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