Los ecuatorianos presenciamos impávidos como se disputan el poder, la vanidad y la prepotencia, varios representantes populares cuya vehemencia se confunde con la egolatría y la soberbia.
La economía, la soberanía, la salud y la educación, son temas secundarios, lo importante ahora es el posicionamiento del más bravucón, del más poderoso, del más omnipotente. Los temas de trascendencia y de vital importancia para que podamos seguir sobreviviendo el ochenta por ciento de los ecuatorianos… han quedado en el olvido.
Frente a esta cruda realidad, el pueblo se obnubila y toma inconscientemente partido por uno u otro líder popular, unos porque creen en el discurso del bufón; otros, se alinean con la esperanza de cambio y dignidad nacional, aunque hasta la presente fecha sólo existan actos de figuración y rabietas de políticos imberbes.
Las masas populares desde la pobreza y la mendicidad advierten una disputa intestina por el poder, no por el desarrollo popular y mucho menos por el crecimiento económico de la familia ecuatoriana. Esta guerra mediática nos conduce a una rivalidad popular, una droga que nos entumece y nos priva de la reflexión.
Todo acto que viole la verdadera intencionalidad de cambio y progreso popular, será observado con absoluta imparcialidad por esta columna de opinión, que no tiene otro propósito que orientar al pueblo para que luche por sus verdaderos intereses y exija de sus mandatarios un trabajo real y efectivo; para que esto suceda les deseamos: …buen viento …y buena mar.
Lenin Paladines Salvador
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