La antítesis del arte

Recuerdo, cuando estudiante, definiciones de lo que es el arte y la belleza: “Arte es toda manifestación sensible de la belleza”; Belleza es todo aquello que al contemplarlo provoca fruición (delicia espiritual) estética. Su antítesis es lo feo, lo desagradable, aquello que nos cuesta aceptarlo pero que, obviamente, existe, porque sin lo uno no habría lo otro… una simple lucha de contrarios.

Hace pocos días, en la ciudad de Quito, con motivo de sus solemnes fiestas de fundación, el Cabildo había organizado múltiples espectáculos para que todos los quiteños y vecinos lo disfruten en grado superlativo. Uno de esos eventos fue el Quitofest que se realizó en el parque Bicentenario con la asistencia de miles de ciudadanos que festejaron a la capital como se merece. Sin embargo, en medio de la euforia por la generosa carga artística de los grupos de rock, se presentó la banda Mugre Sur a brindar su arte musical que, entendemos, debe ser muy bueno, sobre todo para la juventud. Hasta aquí todo de perlas; sin embargo, como parte de su alegoría exhibió una imagen de cartón del primer mandatario, cubierta la cabeza con una funda y una soga al cuello (¿?).

Esta representación generó polémica. La reacción del gobierno fue muy ponderada, con una comunicación del Ministerio de Cultura que, exhortaba a los jóvenes, a ocupar estos espacios para cultivar el arte con respeto, sin generar antivalores como el odio, sobre todo en momentos en los que, el Gobierno, lleva adelante una franca lucha contra grupos de narcotráfico, sicariato y criminalidad en general. El Presidente no se inmutó ante este hecho.

Llamó sí la atención que, de parte del anfitrión de la fiesta (alcalde) se haya dicho que los jóvenes tienen derecho (sustentado en la libertad de expresión) a testimoniar sus ideas a través del arte que no tiene restricciones. Pienso que, en lo que es arte musical, correcto, libertad total de expresión, aunque, a veces, sus letras dejen mucho que desear; pero, ¿es arte exhibir una imagen de cartón del Mandatario, listo para la horca? Quizá sea un desafío al trabajo que con aciertos y desaciertos viene cumpliendo. En toda sociedad la tolerancia tiene sus límites y el respeto es su genuina manifestación.

Darío Granda Astudillo

dargranda@gmail.com

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