De mendigo a millonario

Quizá el título del presente artículo traiga a la memoria esa famosa película del gran comediante Eddie Murphy (1983). Si analizamos el contenido y su mensaje, no hay mayor verdad que la frágil condición humana del ciudadano común.

Tan frágil es su situación que cualquier individuo con algo de capacidad económica, política o criminal, tiene la potestad para mejorar o arruinar su frágil condición de vida, la de cualquier persona o grupo de personas, esto, sin el mayor esfuerzo, remordimiento o respeto a la individualidad.

Sin irnos tan lejos, tomemos de modelo nuestro país, políticamente hablando, llegan chiros y salen millonarios; en este caso, la excepción no confirma la regla, y si la confirma, son tan pocos que son inidentificables. Tal es la capacidad, que, escalado el poder político anexo al económico, sin el menor remordimiento o vergüenza moral destruyen, manipulan y hasta acaban con la vida de cualquier persona o personas.

Lamentablemente es parte de nuestra idiosincrasia, se dice que no tenemos experiencia, ni formación política, la pregunta ¿Acaso la historia no nos ha enseñado la lección?, hemos tenido gobiernos de derecha, izquierda, dictaduras, populismo, progresistas y cada cuatro años, nos rajamos las penas por la decepción sufrida, y, como obligados mentecatos caemos en lo mismo.

“Torpe población que por migajas sigue al opresor y es presa fácil del tirano”. Ojalá no recaiga el peso de la historia en el que se dice salvador. Recordar señores la historia. Si recapitulamos la Revolución Francesa, “Cuál guillotina corta la cabeza del tirano”, exclamaban Robespierre, Marat y Danton” pero no se percataron cuál cortaría la de ellos; lo mismo con el Viejo Luchador, la hoguera encendida y manejada por la turba ciega lo mató y el afanoso desubicado la guió.

Pablo Ortiz Muñoz

acuapablo1@hotmail.com