Siendo el apostolado del periodista y comunicador defender la libertad, la democracia, la justicia y la verdad, es necesario recordar que el papa Francisco comprometido siempre con la comunicación porque él también fue comunicador de la misericordia de Dios, resaltó constantemente la nobleza de la actividad periodística y su respetabilidad a la libertad de expresión, opinión e información.
Por ello y preocupado por el derecho a pensar y hablar con libertad, nos hizo mirar y reflexionar sobre la misión del periodista. Nos mostró que el comunicador por falta de responsabilidad y ética profesional puede caer en 4 pecados: 1) La desinformación. 2) La calumnia. 3) La difamación.
Pero hay un cuarto pecado que el Pontífice lo llama la coprofilia. Según él, es el amor a la cosa sucia, el amor al escándalo. De un tema sencillo causan alboroto, ruido, daño y ruina espiritual. En una sociedad ávida de sensacionalismo el mejor incentivo para el desfogue del comunicador deshonesto es la coprofilia.
Aunque la actividad periodística en el país se ha visto enredada en estos pecados, resulta valioso el mensaje del Santo Padre. Advertir su prédica, aceptar y mejorar la responsabilidad profesional sería el mejor homenaje para quien con devoción dedicó su grande esfuerzo a defender el derecho a la palabra, a la libertad, que tras su muerte lo seguirá haciendo desde el Cielo, para que no se siga encogiendo.
Importante y necesaria resulta la vigencia de la recomendación del papa Francisco a los periodistas, de no ceder a la tentación de los 4 pecados. Hemos querido recordarla ante la proximidad de celebrar el Día Mundial de la Libertad de Expresión (3 de mayo). Fecha que nos debe servir para revitalizar la permanente lucha en defensa de las libertades, sabiendo que la libertad es “bella, verdadera, santa y por lo mismo tres veces digna de Dios” según el cosmopolita Juan Montalvo.
Adolfo Coronel Illescas