Luego del último debate o mejor reunión, encuentro de los 15 aspirantes a la alcaldía de Loja, y a menos de 15 días para ir a las urnas, existe un porcentaje grandote de lojanos, jóvenes y adultos que aún no deciden el voto.
El ciudadano votante no pudo digerir y peor avalar en las cortas intervenciones de los candidat@s sus planes, programas y ofertas de campaña. Las regulaciones del CNE y el exagerado número de competidores impidieron hacerlo y peor debatir. Pero sirvió para promocionar su fachada, conocerlos, tanto en sus claquetas de presentación como en directo a través de la tv. Unos con terno y corbata de gato, otros con el terno del diario; y no faltó alguien con uniforme incluido, color rojo bombero. El rápido cruce de ideas sirvió para conocer su timbre de voz y el estado de ánimo, a pesar de que se les repartió “agüita de valeriana”, para los nervios y para que no les coja el achachay del frio que azota la ciudad.
Afortunadamente a pesar de que la política apasiona y también divide, el encuentro se desarrolló con normalidad. Y en general el panorama electoral con tantos aspirantes, al parecer aun es tranquilo. Todavía no hay malos olores excesos o urticarias, lo que significa que avanzamos en el cambio de la cultura política y en la seriedad democrática.
Lo que preocupa es el ciudadano que aún no decide el voto o no sabe por quién votar. Si es porque a los contendores no los dejaron desembuchar todas sus propuestas en el “debate”, escúchelos en algunos medios de comunicación, allí hablan bien bonito y con fonética populista. Y si es porque buscamos afanosamente, entre tanto candidato a la prefectura y alcaldía, un buen administrador público que nos garantice un mejor futuro para Loja, debemos aceptar que es posible si ponemos ganas para elegir bien, usando la cabeza para razonar y en el voto la esperanza para enderezar nuestro destino. Además el voto es una “vacuna democrática” para vivir con dignidad.
Adolfo Coronel Illescas