
El gobierno del presidente Guillermo Lasso es un fiasco. Y no solamente sostienen esta afirmación sus adversarios políticos sino también una desencantada ciudadanía que mira con ansias, casi con desesperación, la hora del relevo constitucional en el Palacio de Carondelet (producto de la muerte cruzada). Es más, cercanos colaboradores del régimen, como el caso de Juan Carlos Holguín, ex canciller de la República, sin sonrojarse siquiera, ahora admite abiertamente el fracaso –con todas su letras- de un ejecutivo que ha sido incapaz de dar respuesta a las crecientes demandas sociales de la población.
A propósito, de las tantas promesas incumplidas para reactivar la economía, está aquella de provocar un shock de inversiones equivalente a 30 mil millones de dólares, especialmente en sectores como petróleo, energía, minería, telecomunicaciones, etc. No obstante, al final del día lo que se contabiliza es una mentira más del oficialismo, pero eso sí la atención a raja tabla de una extensa e improductiva agenda internacional del Primer Mandatario y sus acólitos, superior a los 26 viajes efectuados a América, Europa y Asia, en un corto periodo de gestión.
Basta mirar los reportes del Banco Central del Ecuador para confirmar que, en inversión extranjera directa, durante los primeros dos trimestres del 2023, apenas se llegó a USD. 106, 6 millones, es decir, con una proyección mucho menor a lo registrado en 2022 que significó un paupérrimo monto de USD. 832,5 millones.
Como vemos, el shock de inversiones ofrecido por el Primer Mandatario, fue un relato, apenas un cuento chino con el que se cautivó a un cándido electorado. Pero en este momento no caben las lamentaciones, sino la decisión de trabajar por mejorar las condiciones de seguridad del país y provocar un clima favorable para la inversión nacional y extranjera.
Giovanni Carrión Cevallos
@giovannicarrion