Es posible que nuestro ánimo no esté para festejos. Sin embargo, hay eventos que marcan razones por ser únicos en la historia de los pueblos. Uno de ellos la fecha grande de Loja, el aniversario de su independencia, de cuya organización para celebrar los 203 años el 18 de noviembre, aún nada. Nadie se ha pronunciado al respecto, incluyendo al prioste mayor y dueño de la fiesta el alcalde Franco Quezada, que por cierto está siendo cuestionado porque así mismo aún nada de su plan de ofertas electorales luego de cinco meses de administración municipal. La vecindad está viendo con “ojos mudos” pero no ciegos. Hay que evitar el desencanto popular.
Como el tiempo es veloz suponemos que un equipo de “asesores” está trabajando en la organización de los eventos de toda índole para que Loja trascienda en el aniversario de su independencia, particularmente en lo cívico que en los lojanos es un referente, aunque hay que aceptar que dicha virtud ha disminuido, minimizando nuestra identidad, historia y cultura.
Hemos sido reiterativos en la necesidad de celebrar el acontecimiento cívico honrando a los patriotas del glorioso movimiento que alumbró el 18 de noviembre de 1820, con una programación de solemnidad, que nada tenga que ver con el Festival de Artes, que el año anterior fue una feria comercial en las calles de la ciudad.
Es de es esperar, animados por el municipio, un despertar colectivo con fe, esperanza y optimismo que nos involucre a todos, porque todos somos necesarios a la hora de honrar con entusiasmos limpios la historia cívica de la patria chica. Y como aún nada hay para informar y peor inaugurar por parte del municipio, que la Sesión Solemne por la fecha grande de Loja, sea eso, Solemne, de corte cívico, patriótico y motivador. Si a este acto principal se quiere invitar al Presidente de la República, hay que recordar que Lasso para Loja fue un fracaso y que el alcalde Quezada para Loja aún nada.
Adolfo Coronel Illescas