Los ensayos de las vacunas contra la Covid-19 anticipan la necesidad de diseñar la distribución de las fórmulas que alcancen éxitos, pero también alertan de la posibilidad de requerir más de una dosis, es decir habría vacunas de diferentes grados de efectividad; mientras tanto continúan las medidas de prevención en la “nueva normalidad” que se edifica día a día.
El uso del cubre bocas, el distanciamiento y un sinfín de acciones mediadas por las tecnologías se prolongarán en 2021. Tal vez los horarios de atención, los sistemas de abasto y los servicios deban personalizarse más para ubicar claves que briden bienestar a una población angustiada que además enfrenta el riesgo de perder su patrimonio.
Este proceso igualmente supone ordenar las prioridades de los ciudadanos y sus gobiernos. Los primeros seis meses de la pandemia mostraron corrupción en la administración pública, caos y grupos de astutos delincuentes que ocupan puestos en instituciones que están llamadas a servir.
Corolarios del confinamiento son mayor transparencia en la información pública y la revalorización del periodismo gracias a lo cual se identificaron redes de algunos malos políticos encubiertos en capas de fake news. Aunque hay otras razones que explican las crisis política y económica la pandemia aceleró la búsqueda de los causantes de los déficits.
El próximo año deberán seguirse ideando mecanismos de convivencia y alternar entre presencialidad y virtualidad porque el riesgo de contagios es una constante. Cada día serán más frecuentes la educación a distancia, los deportes virtuales, la cultura e incluso la gastronomía en línea. Será el inicio de un mundo de oportunidades y mixturas.