Una mujer extraordinaria

Romper los parámetros de lo ordinario, para ingresar al campo de lo extraordinario, pertenece a pocos seres humanos. La mayoría nos contentamos con seguir los esquemas que nos han trazado la familia, la sociedad y la vida, siendo simplemente buenos o malos cumplidores de nuestros deberes, pero sin alcanzar objetivos, propuestas y metas superiores.

En nuestra patria, orgullosamente  en Loja, el 25 de junio de 1889 nació una mujer con estrella rutilante: Matilde Hidalgo de Procel  quien nació para ser extraordinaria, pues, desde su niñez denotó un temperamento y voluntad admirables para romper los convencionalismos generados por un absurdo machismo y, terminada la instrucción primaria en una institución religiosa, exigir al rector del Bernardo Valdivieso, colegio solo para varones,  que le conceda matrícula para estudiar la secundaria; sufrió discriminaciones de sus compañeros que, terminaron aplaudiendo  su graduación. Abrió la puerta para que las mujeres continúen estudios secundarios.

Ella quería ser doctora en medicina y acudió a la Universidad de Cuenca en donde su rector, Honorato Vásquez, ante su porfía, terminó aceptándola en la Facultad de Medicina. Sus compañeros que, al inicio, se burlaban que una mujer quisiera ser médica, terminaron valorando su valentía, perseverancia y talento. Más tarde, en Quito, con apoyo de Isidro Ayora logró obtener su título.

La lucha de Matilde por procurar la igualdad de género no culminó allí, y en el año de 1924, acudió a los Registros Electorales del cantón Machala para inscribirse, pues la ley no prohibía expresamente el sufragio de las mujeres. Sorprendido el Presidente del Consejo de Estado, y luego de varias reuniones con los miembros de la junta, no halló impedimento legal. Esta valiente y decidida actitud de Matilde, permitió que Ecuador se convirtiera en el primer país de América en otorgar el derecho de sufragio a la mujer. Más tarde, su ejemplo se multiplicaría. Este año, con una serie de eventos, se hizo trascendente el centenario del primer voto de una mujer en sufragio nacional.

Matilde Hidalgo: dama de fortaleza, columna de sabiduría, poetisa inmortal, profesional por excelencia. Mañana recordamos el aniversario de su natalicio; hombres y mujeres debiéramos seguir su ejemplo de tenacidad, férrea voluntad y anhelos de superación.

Darío Granda Astudillo

dargranda@gmail.com

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