Viven en San José de Catamayo y gracias a una acción colaborativa pudieron recibir la energía eléctrica.
Aunque para muchas familias es casi inimaginable vivir sin energía eléctrica, la falta de recursos y otras circunstancias han impedido que Janeth Torres, junto a su esposo e hijos, acceda a este servicio básico. Durante años, han aprendido a sobrevivir sin electricidad, una situación que ha marcado su vida.
Residentes de un área cercana al sector Santo Domingo de Guzmán, en la parroquia San José del cantón Catamayo, provincia de Loja, sus hijos se enfrentaron a desafíos académicos debido a la carencia de luz. “Era muy difícil. No podían estudiar en las noches ni realizar algunas actividades escolares. La falta de luz limitaba sus oportunidades”, comenta Janeth Torres en una entrevista para Multicanal.
Estas palabras surgieron mientras expresaban su agradecimiento por el reciente acceso a la energía eléctrica, un avance que les permitirá realizar actividades que antes eran imposibles. Situación similar viven otras familias vecinas, algunas de las cuales han habitado la zona durante más de 12 años.
Con una sonrisa, Janeth recuerda los tiempos difíciles, “comprábamos velas, luego adquirí una lámpara recargable, y con linternas mis hijos hacían sus deberes”. Además, cuenta que el panel que utilizaban le ayudaba a realizar sus quehaceres diarios, ya que cada día se levanta a las 03:30 para preparar la comida antes de salir a trabajar. “Era incómodo vivir solo a la luz de una vela”, puntualiza.
Cuando sus hijos necesitaban electricidad para sus tareas, acudían a la casa de su abuelo, que vive cerca. “Ahí podían utilizar una computadora que conseguimos para que hagan sus tareas”, menciona.
Recientemente, la Empresa Eléctrica, en colaboración con los directivos del barrio y los propios habitantes, instaló postes y distribuyó electricidad a las cerca de nueve viviendas del lugar. Con gestos de agradecimiento, Janeth y su familia aseguraron que este cambio mejorará sus vidas significativamente, especialmente en términos de seguridad, aunque afirma que es un lugar tranquilo. “Muchas gracias por la ayuda, ojalá que también puedan llegar a otras familias que lo necesitan”, finaliza Janeth Torres.
CLAVE
Otras familias soportaron vivir sin energía por alrededor de 12 años.