El ciclo lineal de la basura inicia cuando una persona utiliza algún producto, parte de este o íntegramente deja de ser funcional o útil y se convierte en desecho y/o desperdicio; el ciclo continua, con la disposición inicial, luego con la clasificación del desecho, la recolección, transporte y la disposición final. Dentro de este proceso, las etapas de disposición inicial y de clasificación son de exclusiva responsabilidad de quien consumió el producto.
Si se suprime una de las fases antes mencionadas la basura terminará en las calles, luego por escorrentía superficial llegará a los ríos y consecuentemente a los mares. Recurrentemente las etapas de responsabilidad del consumidor no se realizan, es común que la basura se “bote por la ventana”.
La situación es preocupante considerando que, según los reportes de la Asociación de Municipalidades del Ecuador y del INEC, en la provincia de Loja se generan 240 toneladas de residuos al día; es decir, sin la adecuada gestión, al mes podríamos llenar más de dos piscinas olímpicas con basura.
El adagio popular menciona: “una ciudad limpia no es la que más se barre, sino la que menos se ensucia”, lo que nos hace reflexionar que en la provincia de Loja se requiere, con urgencia, mayor conciencia ciudadana y menor paternalismo. Es cierto, la gestión de residuos es competencia de los Municipios, sin embargo, no debemos ser dependientes y restar nuestra responsabilidad como ciudadanos, consideremos que es más fácil no ensuciar que limpiar.