Ser tolerante

Se celebra el día internacional de la tolerancia (16 de noviembre) y la mayoría de personas además de desconocerlo no les interesa conmemorarlo por el hecho de que el ser humano es más intolerante, con mayor frecuencia se rechaza a quien es diferente, sin tener en cuenta que somos diferentes por naturaleza.

En la misma familia todos somos diferentes, mucho más en el círculo estudiantil, laboral y en el entorno social, en el que evidenciamos mucha intolerancia frente a las personas que no tienen sus mismos ideales.

Por ejemplo, en el deporte los hinchas de un equipo atacan a los hinchas del otro equipo, sin el menor respeto, se agudizan las discusiones sobre ideologías políticas sin respetar el criterio de los demás, se critica la sexualidad del diferente, deseando que obligatoriamente sea como los demás deseen.

En general, la intolerancia del ser humano hacia el otro, crece mucho más, ante ello, conviene que desarrollemos nuestra tolerancia al punto máximo de respetar al ser humano diferente a nosotros, siempre va a existir una persona que no piense o actúe como nosotros queremos.

La clave de la felicidad inclusive, es respetar a quien no es igual, entendiendo que para el otro ser humano nosotros tampoco somos iguales. Por ello la tolerancia debe formar parte de nuestro ser. El ser diferente no es malo, lo que es malo es querer cambiar a quien piensa o actúa en forma diferente a la nuestra.

Si no afectamos a los demás y los demás no afectan nuestros derechos fundamentales, toleremos su existencia en la forma como la lleven. No puedo obligar a alguien a pensar y actuar como yo, ni deben obligarme a que actúe como ellos. Me convertiré en un ser tolerante.

Manuel Salinas Ordóñez

masalord@hotmail.com