El pasado 24 de mayo tuve el privilegio de visitar la Reserva “El Cristal”, ubicada en Tres Leguas, muy cerca de Loja, en una zona altamente excepcional al estar contigua al Parque Nacional Podocarpus. Desde el inicio fue una experiencia grata y enriquecedora, debido a la pureza del aire y la tranquilidad que se percibe, y a la imponencia de una antigua casa de hacienda de más de dos siglos que se resiste al paso del tiempo y que hoy por hoy es un museo dedicado a la conservación e historia. Pero quizá lo más genuino fue la amabilidad y sabiduría con la que nos recibió su propietario, el eminente médico veterinario, académico e investigador Gustavo Samaniego Rodríguez, quien, a sus 92 años, nos brindó una cátedra de cerca de seis horas sobre las bondades de esta zona, el empeño dedicado a la conservación de la naturaleza, la implementación de este centro de conservación a lo largo de los años, y la necesidad inequívoca de conocer la vocación histórica de Loja, anclada a la famosa cascarilla –apreciable en esta hacienda–, que en su momento tantas glorias le dio a esta patria chica.
Desde un inicio, e inclusive hasta el final de la jornada, tuvimos la posibilidad de sumergirnos en una hermosa avalancha de conocimientos, experiencias visuales, datos históricos y cercanía con la naturaleza. Aquello duró varias horas mientras hicimos el recorrido por la antigua casa de hacienda, hermosamente restaurada y rodeada de un fastuoso bosque, y que hoy alberga el testimonio de toda una vida dedicada a la conservación y a la promoción de nuestra historia: murales, fotografías, mapas, libros, documentos históricos y oficiales, informes, resultados de investigación y, en definitiva, un bagaje fotográfico-documental que da cuenta de varias décadas dedicadas a este singular y tan necesario empeño.
Mucho podríamos decir de lo que significa este verdadero santuario natural. Acaso porque es un ejemplo no solo para Loja, sino para la República. Acaso porque cuando estamos en él, quedamos extasiados no solo por la maravilla de su biodiversidad, sino porque se trata de un legado sin igual, y del cual nos sentimos orgullosos.
José Luis Íñiguez G.
joseluisigloja@hotmail.com