Salvados o perdidos

En una reciente reunión, un amigo afirmó que, para él, solo motivan a los seres humanos el dinero, el poder, y el sexo. Oír eso me trajo al recuerdo al almirante que había reunido a los oficiales de una unidad naval perdida en medio océano y, señalando un sitio en la carta náutica que tenía sobre una mesa, había dicho: “Si este puntito en el mapa es una isla, estamos salvados. Si, al contrario, es excremento de mosca, estamos perdidos.” Propongo yo, por analogía, que, si una mayoría de nosotros piensa que solo el dinero, el poder y el sexo nos mueven, estamos efectivamente perdidos, pero si a esa limitada lista una mayoría de nosotros agrega los sentimientos del amor, la amistad y la lealtad, y agrega además creencias constructivas, nobles ideales y decentes principios, tenemos al menos alguna esperanza de salvación, como la tiene un grupo de náufragos varados en una pequeña isla. Puedo comprender la profunda decepción de aquel amigo, a quien cito al comienzo de este artículo, ante la abrumadora decadencia moral que estamos viendo y viviendo. Él decía que todo a nuestro alrededor es corrupción, falta de vergüenza, podredumbre. Le invito a considerar que eso no es todo lo que nos rodea: también nos rodea bondad, decencia, el sano intento por generar cambios. Y que si no a todos, al menos a muchos no nos mueven solo necesidades básicas e instintos primitivos, nos mueve mucho más, nos mueve el amor y las ganas de cambiar el pensamiento de nuestra sociedad.

Marco A. González N.

marcoantoniog31@hotmail.es