El relleno sanitario de la ciudad de Loja tiene más de 25 años de funcionamiento y actualmente recibe un aproximado de 160 toneladas de residuos sólidos cada día, por lo que su tiempo de vida útil ha concluido. Ante tal circunstancia, la autoridad ambiental nacional ha venido realizando llamados de atención al Municipio de Loja, para que corrija errores y omisiones referentes al mal manejo del relleno, que hoy se ha convertido en un botadero en donde se mezcla la basura orgánica, inorgánica y los residuos catalogados como bio peligrosos, generando malos olores a kilómetros a la redonda y filtraciones de lixiviados a cuerpos de agua cercanos. Pero ¿cómo llegamos hasta aquí?
Desde mi punto de vista, por la convergencia de los siguientes aspectos: indiferencia política, por muchos años, para asumir el tema; falta evidente de visión por parte de los encargados de la Dirección de Higiene para planificar estratégicamente nuevos modelos de gestión; contratos de obra civil, consultorías y provisión de maquinaria sin concluir o en litigio; nulo mantenimiento y/o renovación de la maquinaria; obligaciones ambientales que debieron cumplirse ante la autoridad reguladora, que no han sido presentadas manteniendo un retraso muy prolongado; y, nulo personal especializado en ingeniería civil-ambiental.
Urge presión política por parte de nuestros representantes del Cabildo para declarar en emergencia sanitaria al cantón Loja, no sólo en la disposición final sino desde la recolección de los residuos.
Benjamín Ludeña Guamán
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