Una reciente encuesta de opinión a nivel nacional revela que el presidente Daniel Noboa, aunque su popularidad no es mala, ha caído al menos 20 puntos durante el presente año. El descenso de la popularidad se debería a las medidas económicas, la crisis energética, la liberación de los precios de los combustibles, el desempleo, la migración y la inseguridad.
En cambio, la popularidad y el apoyo público para el alcalde de Loja, Franco Quezada ha subido notoriamente, según lo afirmó por propia boca el burgomaestre en un conversatorio con estudiantes universitarios. Lo vimos por la TV y le escuchamos decir que sorpresivamente sus amigos y coidearios se acercaron para darle la noticia, abrazarlo y felicitarlo por su alto nivel de popularidad y de aceptación: el 80% en el área rural y más del 40% en el sector urbano. Suponemos que para digerir tan buena noticia debió tomar agüita de valeriana, porque ni el mismo lo creía.
También, un tanto emocionado, contó que le dificulta salir a la calle porque niños, adultos y ancianos le interrumpen el paso con muestras de apoyo a su gestión en la alcaldía. Contento y con ganas de zapatear de alegría, agregó que el financiamiento para las obras y proyectos ofrecidos en su plan de trabajo, está más que seguro y serán una realidad para la felicidad colectiva.
No deja de llamar la atención esta sorpresiva sorpresa, sobre todo cuando aún persisten los rumores sobre la revocatoria del mandato y la desconfianza es recurrente, en razón de que la obra pública municipal luego de 14 meses sigue sin trascender, mientras la demanda ciudadana esa sí está subiendo.
Por lo mismo, tratando de ser prudente con las encuestas y la promoción de posibles méritos, conviene poner en práctica la recomendación que hace el ufólogo cuencano, Jaime Rodríguez, “no lo crea, tampoco lo niegue, investíguelo”.
Adolfo Coronel Illescas