Necesitamos ser solidarios

La crisis sanitaria que vive el planeta no tiene precedentes. Su efecto demoledor se extiende por todos los continentes acabando con vidas humanas, destruyendo la economía de los países, terminando con las fuentes de trabajo y la producción.

Esta emergencia sanitaria causada por el Covid-19 no conoce fronteras, de ahí la importancia de invocar a la solidaridad humana para cumplir con las recomendaciones de las autoridades, fortalecer los cuidados, proteger a las personas más vulnerables y pensar en los que menos tienen. 

Esta pandemia está extendiendo cada vez más el sufrimiento humano de manera brutal. Su impacto crece a niveles nunca antes vistos y es casi seguro que se sentirá con más fuerza en los próximos meses. 

Con asombro vemos en el mundo casas de salud públicas y privadas saturadas de pacientes y en algunos casos atendiendo en los pasillos y corredores; médicos, enfermeras y más trabajadores de la salud reclamando seguridad y herramientas para cumplir con su trabajo, y el virus propagándose a más países y ciudades en forma acelerada. 

En ciudades como Quito y Guayaquil los sistemas de salud no dan abasto para atender los casos de coronavirus que se incrementan en forma dramática; ahora no solo los adultos mayores son un sector vulnerable, los jóvenes también lo son, porque el virus no distingue edad, sexo ni condición social.

La emergencia sanitaria que vive el mundo se traduce en una crisis humana que requiere solidaridad. La gente está en pánico, nerviosa y asustada.

Ha llegado la hora de ser solidarios ante la crisis mundial, la solidaridad es el escudo protector que necesitamos para salir de ella. 

César Sandoya Valdiviezo