Nada menos que… tristeza

Sin lugar a dudas… la noticia del fallecimiento de mi querido amigo ARTURO ESPINOZA ALVARADO, me destrozado el corazón. Este maravilloso ser humano era un hombre con una mirada bondadosa, amplia sonrisa, dueño de un carácter tierno, apasionado y sentimental, Siempre fue un guerrero intrépido, pues tenía algún problema, salía de él y brillaba. Pero no solo fue eso: era un amigo que desbordaba cariño, solidaridad y una innata alegría que lo llevo a conquistar amistades y esa era la evidencia de su grandeza.

La noticia a la que hago referencia, la recibí en una playa del Perú en la que encontraba de vacaciones con mi familia. De pronto, en un momento de meditación, le rogué a Dios que lo resucité por un momento para despedirme y revivir los grandes momentos de aventuras, bohemias, sueños e incluso decepciones que viví junto a él. Pero como esto no sucedió, nuestro creador dispuso que una ola cristalina atrape mis pies y reviva aquellos momentos grandiosos cuando Arturo, en una de las partidas de cuarenta que solíamos jugar todos los viernes, protestaba a Dalton Celi y le decía: “Me estás viendo las cartas…” a lo que él le replicaba:” No sea malo Runchito, yo que saco viéndote las cartas”; y, Dalton le respondía: “Tienes razón, porque enseguida te olvidas”.

Estas frases que ahora son famosas para los lojanos y que con fino humor la narra nuestro querido amigo Roberto Valdivieso Cueva, tienen un gran significado para todos sus amigos.

…Cierto, a mi vida le causará mucho daño su ausencia, más su ejemplo de amigo ideal será perpetuo. Desde el más allá tú seguirás nuestro camino. La muerte no existe…Solo no te podremos ver.  

Jaime A. Guzmán R.

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