El principal rasgo visible en la consolidación de un narcoestado es haber desarrollado una forma de gobierno, en la cual, interactúan las autoridades de los poderes del estado (en Ecuador las funciones del estado) y el crimen organizado. Precisando aún más, podemos señalar que, las instituciones político-públicas han sido cooptadas por el poder que nace de las ganancias del narcotráfico. En este sistema de gobierno se desarrollan todas las actividades ilícitas al amparo de la Ley, garantizando toda clase de impunidad sin medir los actos de corrupción que se cometan para lograr este fin. Cuando el narcotráfico y la delincuencia organizada transnacional (caso Ecuador) ha permeado todas las funciones del estado, quien gobierna, es el narcotráfico, representado en cada uno de los cárteles que tienen un determinado territorio en el cual se han posesionado a través del crimen, la extorsión, el secuestro, el sicariato y otras formas de intimidación delictiva. Decía el boliviano Rómulo Calvo: […] “No queremos sicarios del narcotráfico ni de la justicia, sembrando la muerte y la impunidad en Bolivia; tampoco queremos ver a niños y jóvenes drogándose por nuestras calles. No podemos ser exportadores de la muerte blanca, Santa Cruz no lo acepta.” […] Mirando la radiografía de nuestro país nos preguntamos: ¿los ecuatorianos hemos aceptado este sistema de gobierno?
El caso ‘Metástasis’ que alcanzó una sentencia unánime del Tribunal Penal, así como los que están en trámite: Purga y Plaga, sin olvidar la sentencia de Carlos Pólit en los EE.UU. y el caso Sobornos, son las evidencias que han permitido a la revista The Economist suscribir el reportaje a través del cual conceptúa a nuestro país como un ‘Narcoestado’; en dicha publicación se dice con claridad meridiana que, este sistema de gobernar en contubernio con las mafias narcodelictivas, inició en 2010 cuando se abrió todas las puertas y tranqueras posibles para que el narcotráfico internacional y la delincuencia organizada forme parte de la política partidista y se apodere de todas las funciones del estado. Esto debemos combatir y erradicar a cualquier coste y lograr que esta mala hierba nunca más vuelva a operar en nuestro país; para que esto suceda les deseamos: … buen viento… y buena mar.
Lenin Paladines Salvador
leninbpaladines@hotmail.com