¿Merecemos la sociedad que tenemos?

Muchas veces juzgamos a los demás sin reflexionar sobre nuestros propios actos. Es fácil criticar a los demás sin ponernos en sus zapatos, queremos que el policía y militar mate a un delincuente sin permitir su defensa, sin reconocer que deseamos la muerte de un hijo, padre, hermano, cónyuge que, aunque cometa delitos, es amado por otros seres humanos.

Es fácil criticar a los gobernantes por robarnos, pero el momento en que necesitamos trabajo, ofrecemos pagar para conseguir un puesto, desesperados porque nuestros hijos no pueden ingresar a la Universidad, pensamos en pagar para obtener el cupo, cuando vemos una señal de tránsito de no estacionar, nos estacionamos, sin importarnos nada, cuando un miembro de la familia o amigo obtiene algo ilegalmente, no le denunciamos, sino que nos convertimos en cómplices. Y así miles de ejemplos pequeñitos, en los que no actuamos con ética y ceñidos a la ley.

Aunque no tenga punto de comparación un pequeño acto como ponerse primero en una columna por amistad o por viveza, o pagar a un agente de tránsito para que no me detenga por conducir en estado etílico, es la misma acción de un delincuente, es decir, no respetar la ley y cometer una infracción.

Por ello, considero que en lugar de criticar los actos de los demás, deberíamos reconocer que tenemos que cambiar individualmente para poder construir una nueva sociedad. No dependamos de los gobernantes ni de politiqueros, eduquemos a nuestra familia en valores y así, de generación en generación y poco a poco tendremos la sociedad que queremos y no la que merecemos.

Manuel Salinas Ordóñez

manuel.salinas@unl.edu.ec

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