Desde octubre de 2019 la convivencia entre movimientos indígenas, gobierno y ciudadanos es delicada. Los acuerdos logrados marcan la gobernabilidad en la nación, lamentablemente luego de las elecciones para presidente de la república en lugar de soluciones surgen nuevos conflictos. Los representantes de los partidos políticos muestran poca capacidad para hablar, no se escuchan y alargan los problemas.
Las vías para remediar las crisis han sido mesas de diálogos. En octubre de 2019 y en febrero de 2021 se instalaron espacios para que los antagonistas se encuentren y negocien, en estos casos se observan los acompañamientos de dos actores comunes, los medios de comunicación social y los organismos internacionales.
Los medios de comunicación generan confianza como ágoras para la deliberación. La teoría específica ésta función para los diarios, la televisión y la radio, permiten explicitar los intereses de los ciudadanos, ayudan desde la óptica del servicio púbico, pero no habían sido tan imprescindibles como ahora para que los contrarios se acerquen.
Es grato conocer del aprecio de la comunidad por el trabajo de los periodistas y de las empresas mediáticas, pero tal vez se esté desplazando una responsabilidad a una entidad cuyo fin es otro, esto denota la urgencia de recuperar la institucionalidad del Estado.
Los medios de comunicación son plataformas para generar reflexiones que lleve a una eficiente administración pública. La sociedad comprende que entre los fines de la comunicación social está el equilibrio informativo para contribuir a una sociedad mejor, lo contrario sería privar a la comunidad de una fuente de libertad de expresión.
Abel Suing
arsuing@utpl.edu.ec