De forma paulatina, los lojanos vemos como el sistema de gestión de residuos sólidos (SGRS) va siendo cada día más ineficiente, al punto que nuestra ciudad se va pareciendo a esas ciudades peruanas fronterizas que, por el avezado centralismo y descuido de sus autoridades, presenta en cada esquina grandes cúmulos de basura de todo tipo, generando así proliferación de roedores y carroñeros, aglomeración de perros callejeros que buscan comida, contaminación del aire, agua, suelo y además mala imagen ante propios y visitantes.
Pero ¿cómo pasamos de ser una de las ciudades más limpias del Ecuador a lo que somos hoy? para responder esta pregunta debo iniciar citando a Víctor Hugo: “entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente, hay una cierta complicidad vergonzosa”, en ese contexto, el desmedro del SGRS es de responsabilidad de las autoridades que nosotros mismos escogimos para administrar los recursos públicos, ya que a lo largo de los años, no se previó: (1) el crecimiento de la ciudad, (2) la necesidad de renovación del parque automotor para la recolección y transporte, (3) el tiempo de vida útil del relleno sanitario y (4) el sinceramiento de la tasa por la prestación del servicio integral.
Ante ello, dejando de lado la actitud populista y demagógica, nuestros representantes en el Cabildo tienen la imperiosa tarea de buscar una alternativa técnica, que de manera metódica solucione esta problemática, pero sin afligir, de un solo golpazo, el bolsillo del pueblo.
Benjamín Ludeña Guamán
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