Las alforjas guardan el patrimonio artesanal

En el cantón Olmedo, se consideran como un símbolo de identidad.

Existe variedad de modelos y de tamaños.
Existe variedad de modelos y de tamaños.

Mencionar las alforjas, es adentrarse a la cultura y tradición, así como a la historia vivida de cada uno de los habitantes de la noble tierra llamada hoy en día como Olmedo, jurisdicción que es cantonal.

En la mayoría de relatos y escritos se habla de que es una herencia del pueblo Palta, aunque no se hace referencia a los pueblos predecesores de esta gran nación que se extendió por toda la actual provincia de Loja, olvidando a los Broncanos, Bracamoros, entre otros, ya que existe un amplio mundo por investigar respecto a los pueblos aborígenes en esta zona.

Lo que no cabe duda es que las personas que lo realizan son guardianes de un conocimiento ancestral que se ha transmitido de generación en generación, en la compañía de una buena conversación y muchas de las veces a la luz de las velas o mecheros en años pasados.

Memoria

Gracias a las gestiones realizadas por el alcalde de Olmedo, Klever Sánchez algunos artículos de gran historia, se encuentra respaldados y resguardados como patrimonio artesanal y memoria histórica en el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural del Ecuador (INPC).

Su uso es cotidiano y muy valioso, aunque históricamente no se puede determinar dónde surgió este artículo.

Materiales

En la actualidad, se lo sigue utilizando en el diario por los olmedenses. Está confeccionada de forma manual con un tejido de hilos muy particular y que solo manos hábiles y bien entrenadas lo pueden realizar, en lo habitual mide un promedio de 80 centímetros de largo y tiene forma rectangular. Cuenta con dos bolsillos grandes para colocar variados artículos para viajar grandes distancias.

Las alforjas pueden ser personales y tienen una capacidad para llevar alrededor de 20 libras, depende de su confección.

Un telar de regletas hechas con maderas seleccionadas sirve para entrelazar las hebras de hilo que van formando la tela, que formará la alforja. Al final se hace el acabado de los filos para garantizar la resistencia.

Su confección es totalmente artesanal y hecha a mano por personas de avanzada edad y con cúmulos de experiencia, quienes aportan a esta labor un misticismo de historias y relatos como es el caso de Manuel Torres y su esposa Susana Carrión del barrio Loma Redonda.

Ellos realizan estas artesanías para el deleite de propios y extraños. Por lo generar toman una pequeña banca se sientan y tejen con las reglas de madera pulidas.

PARA CONOCER

En la mayoría de cantones de la provincia de Loja se utiliza. En Saraguro se realiza el Festival de la alforja.