¡La polarización arrasó!

La corriente de cambio existe desde siempre; se ha expresado, desde el retorno de la democracia representativa, principalmente, entre los intereses del campo popular y de izquierda versus los de la derecha neoliberal. Luego de la «década robada», mañosamente, desde las élites del poder económico y político, dicha corriente la han transformado en correísta y anticorreísta, alejada de una posición de clase social. Desde las alturas trabajaron la polarización, la maquinaron y la vienen desarrollando desde hace ocho años al estilo bipartidismo. Es algo sesudo que busca debilitar las raíces ideológicas y políticas de los pueblos y organizaciones, entontecer y encasillar a la mayoría de la población en esta línea.

Para las élites de poder político y económico, la polarización consiste en que «o estás con el pasado corrupto del correísmo o estás contra él», y todo lo que esté contra Correa es mejor así sea peor y en esto la derecha tradicional pesca a río revuelto.

Esta polarización captó el 88% de la votación en un escenario de 16 binomios presidenciales. La derecha muy fragmentada y golpeada en estas elecciones, de seguro, terminará alineándose con su símil en el gobierno.

El campo popular y de izquierda, reunificado, sigue siendo opción a la polarización. Se debe seguir trabajando para dotar de conciencia política a la corriente de cambio en general, y muy en particular ir a recuperar a la corriente anticorreísta para los propósitos de la izquierda; levantando la unidad de los trabajadores, campesinos, pueblos y nacionalidades indígenas. Aprovechar bien las curules de asambleístas de izquierda y sintonizarlas con la política de resistencia popular en las calles.

En el balotaje actual toca resolver entre quiénes ya fueron gobierno y no cumplieron. A mí no me representan ninguno de los dos.

Remo Cornejo Luque

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