La pandemia de la corrupción

El mundo entero vivió con dolor la “pandemia COVID 19” la cual dejó pérdidas humanas, económicas y graves secuelas fisiológicas que aún estamos procesando y para las que buscando alivio. Sin embargo, el Ecuador viene soportando en paralelo la pandemia de la corrupción por cerca de 25 años, asaltó los fondos de las entidades públicas iniciando por los municipios y terminando en Carondelet.

La corrupción no es nueva en nuestro país ni en el mundo, pero nosotros permitimos que se desarrolle y se legalice con el aval del voto popular. Con propiedad decía Víctor Hugo: […] “Entre un gobierno que lo hace mal y un pueblo que lo consiente, hay una complicidad vergonzosa.” […] y los ecuatorianos debemos reconocer que hemos sido cómplices y sentir vergüenza de haber permitido que se desarrolle esta pandemia de la corrupción.

La corrupción estructural en el Ecuador ha favorecido la inestabilidad institucional, principalmente en sectores fundamentales para el desarrollo del país y la generación de una vida saludable para sus habitantes; en esos sectores está la seguridad, la justicia y la prosperidad económica con énfasis en la generación de empleo. Si esta triada de institucionalidad fracasa, todo el sistema estructural del país se derrumba, sin contar lo que hoy se hace trascendente como es la vinculación del sistema electoral a esta pandemia de corrupción narco delictiva. Dice Javier Sicilia: […] “Si no tenemos policías, jueces, abogados, fiscales, honestos, valerosos y eficientes; si se rinden al crimen y a la corrupción, están condenando al país a la ignominia más desesperante y atroz.” […] Y esta es una verdad que la estamos viviendo, que la estamos sufriendo, pero muchos ecuatorianos seguirán votando por los mismos verdugos de siempre.

En resumen: la corrupción va corroyendo poco a poco la capacidad del Estado de recaudar impuestos; de implementar políticas de desarrollo coherentes y racionales; de redistribuir los recursos entre los diferentes grupos y regiones; de transformar para bien la sociedad siguiendo prioridades sociales y políticas. En pocas palabras, la corrupción en la mayoría de los casos, impide que una comunidad alcance sus objetivos, porque ataca el mecanismo de decisiones sociales; para que esto cambie les deseamos: …buen viento …y buena mar.

Lenin Paladines Salvador                                   

leninbpaladines@hotmail.com