Lenin Paladines Salvador
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Los ecuatorianos hemos asistido desde la vigencia de la nueva constitución a una autocracia disfrazada de democracia. La implementación de una nueva Carta Magna permitió que se hagan ciertos experimentos y se adecúen disposiciones y leyes al interés de las mafias del poder o del caudillo de turno. Solo basta recordar aquella expresión prepotente egocéntrica y vanidosa que decía: […] “el presidente de la República no es solo jefe del poder ejecutivo. Es jefe de todo el Estado ecuatoriano. Y el Estado ecuatoriano es poder ejecutivo, poder legislativo, poder judicial, poder electoral, poder de transparencia y control social, superintendencias, procuraduría, contraloría. (Rafael Correa)” […] Ratificando con ello la demolición de los principios constitucionales de: John Locke y Jean Jacques Rosseau que fundamentaron la Revolución Americana de 1776 y la Revolución Francesa de 1789… pues quedaron pulverizados y fueron lanzados al basurero de la Constituyente de Montecristi.
La democracia es la forma de gobierno preferible pues tiene un impacto estructural en el bienestar de los ciudadanos y en el desarrollo de un país. La democracia nace de la mayoría del pueblo -por lo menos en la teoría- con su énfasis en la participación ciudadana y la protección de los derechos individuales, es un faro de esperanza en un mundo cada vez más convulsionado. Friedric Hayek, Premio Nobel de Economía, dice: […] “la democracia es el mejor método para conseguir ciertos fines” y “la democracia es el único método de cambio pacífico del poder descubierto hasta ahora por el ser humano”. […] Mientras que en la autocracia, el líder supremo o el pequeño grupo que detenta el poder tiene un control casi absoluto sobre el gobierno, el ejército, la justicia y los medios electorales. Esta falta de separación de poderes y restricciones legales permite que los gobernantes tomen decisiones unilaterales sin tener que rendir cuentas a nadie. Esto crea un ambiente propicio para el abuso de poder.
Con una mirada rápida al pasado podemos colegir que vivimos una autocracia disfrazada de democracia; además, el Estado ha sido desinstitucionalizado y las mafias narcodelitivas transnacionales cogobiernan con nuestros dignatarios; y, juntos, han promovido esta corrupción convertida en metástasis, que hoy tiene sumido en la pobreza y la desolación al pueblo ecuatoriano; para que esto cambie les deseamos: …buen viento… y buena mar.