Decepciones y fuego de no saber votar bien

Jaime Guzmán R.

¿Por qué no podemos elegir a un presidente que nos ayude a superar nuestros problemas? Dijo con desconsuelo un ciudadano en una reunión de amigos.

Deja de quejarte, respondió otro encolerizado. Nosotros tenemos la culpa por no saber elegir correctamente.

¡Eso es cierto! Grito otro.

Así, está discusión creció hasta hacerse una montaña de altercados e hizo que se enojen y se les estropee la reunión.

Problemas de esta índole siempre surgen en muchas áreas. Quizá tengan que ver por nuestra ignorancia de no saber elegir. O quizá sea la influencia de los intereses personales o de grupo. Sea cual sea el caso, lo que nos interesa ahora mismo es como debe abordarse está situación.

Pienso que la única forma de salir de esta situación, es desnudándose de aquellas viejas prácticas de elegir… y vestirnos bien para votar bien y votar bien – como dice Vargas Llosa- es algo muy importante porque los países que eligen mal, como ha ocurrido con algunos países latinoamericanos, lo pagan caro.

Y ¿qué es votar bien? Bueno. Pienso que no tengo la capacidad para contestar está interrogante. No obstante, respetando la democracia, debemos votar con conciencia. Con precisión: por las personas que tienen en mente un modelo de sociedad justa; evaluando la honestidad, capacidad y experiencia profesional de los candidatos; por las más honestas, eso sí, sin mirar el partido político al que pertenecen; sobre poniéndonos a los odios y a los prejuicios; y, sin caer en las trampas de las promesas irrealizables y las dádivas engañosas. Y si no hay una persona idónea, habrá que seguir la obsesión que corresponde.

Y nada más.

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