¡Increíble!

Preocupados por la predica recomendada de leer para vivir y de que todos debemos contribuir a fortalecer el hábito de la lectura, como una actividad enriquecedora e indispensable para todo ser humano, preguntamos. ¿Qué importancia tienen los libros y las bibliotecas en la era de la información que ha creado las infotecas? ¿Podrán las infotecas reemplazar a las bibliotecas?

Estamos hablando de bibliotecas y libros “que son como las abejas que llevan el polen de una inteligencia a otra”. Y de la lectura, que es el principio y el fin de la sabiduría. En nuestro medio las instancias públicas poco o nada se preocupan de fomentar e impulsar esta noble actividad cultural. Por el contrario, en la ciudad de Loja, de las pocas bibliotecas que se tiene, nos quedamos con una menos. ¡Increíble!

Recordemos que en 1983 el Consejo Provincial tuvo la feliz iniciativa de crear la biblioteca Provincia de Loja, con el legado del fondo documental del ilustre lojano Ángel Felicísimo Rojas, cuya donación fue de 2800 libros. En el 2003, su hijo Fernando Rojas, lo hizo también con 670 libros, razón por la que pasó a llamarse Biblioteca “Ángel Felicísimo Rojas”. Hubo varias donaciones y adquisiciones sumando 14 mil títulos o libros, que han servido de consulta durante 38 años.

Llega la pandemia a la prefectura y ese patrimonio, por razones inexplicables, se traspasa a un colegio de la provincia, negándole a la ciudad un espacio para ampliar su pasión y devoción por la cultura, para dejar de ser la ciudad menos lectora del Ecuador.

Parecería que a ciertos representantes de las dignidades públicas no les interesa el destino del libro, ni los templos de la cultura que son las bibliotecas. Desconociendo que es de pueblos civilizados el asunto de la inteligencia y la cultura. ¡Increíble!

Adolfo Coronel Illescas