Homenaje a la mujer

La mujer es solamente un ser humano? Yo diría que no, para mí es una flor, deliciosa y sutil, que confunde su belleza con la suave y fresca fragancia de su piel; y es más que una flor, porque aquella, al llegar la tarde, declina su hermosura para morir en el ocaso, mientras que la mujer, altiva y preciosa,  entrega sus encantos a su ser amado.

¿La mujer es solamente un ser humano? Yo diría que no, para mí la mujer es un manantial de idílicos amores, germinados desde su corazón, para convertirse en el ser maravilloso que despierta suspiros y anhelos, cuando su juventud es una eclosión de halagos sensoriales que, poco a poco, va encauzando hacia la formación de la pareja con quien compartirá sus sueños e ideales, en la formación del hogar.

¿La mujer es solamente un ser humano? Yo diría que no, para mí es un caudal de infinita ternura, de corazón sublime que se entrega con reverente esmero a llevar, durante nueve meses en el templo de su cuerpo, la semilla del amor; luego, cuando se convierte  en vida de su vida, cómo lo cuida, cómo se desvela, cómo sufre y también disfruta cuando ve que los hijos han aprendido a caminar con sus propios pies, a pensar con su cabeza y a defenderse con sus manos.

¿La mujer es solamente un ser humano? Yo diría que no, para mí es un desborde de talento, creatividad, imaginación y capacidad para superar los más grandes desafíos, escalar los más grandes peldaños y alcanzar todas las metas que, antes, parecían una utopía. Mujeres: el mundo está a vuestros pies.

Y yo diría que la mujer, siendo un ser humano es una flor, un manantial de idílicos amores, un caudal de infinita ternura, un poema, una canción y un desborde de talento para compartir con el hombre que, solo, a lo mejor no sería un ser humano. Mi saludo reverente a la mujer en su Día Mayor.

Darío Granda Astudillo

dargranda@gmail.com