Hacia un sistema de salud más humano

Los usuarios no tienen la culpa. El Sistema de Salud sí. Es normal que los usuarios internos y externos estén cansados y se enfaden del trato que reciben, si Ecuador está entre el grueso de países más ineficientes en sanidad en América Latina y el Caribe. La salud ha sido prostituida por el mal uso que algunos le han dado. Sin embargo, su esencia es buena… ella simboliza el arte de hacer posible lo necesario. Es por eso que sigo pensando que la salud puede y debe servir para construir un mundo mejor.

El Sistema de Salud de un país es uno de los mejores mecanismos político-sociales para ayudar a disminuir la pobreza y mejorar la equidad. Para lograrlo, se tiene que superar la existencia de sistemas fragmentados, ineficientes, con grandes desafíos culturales y financieros. Pero sobre todo, se tienen que construir acuerdos políticos para consolidar el sistema de salud como un objetivo nacional, para ello se requiere de consensos entre la dirigencia política, la sociedad civil, academia y los actores institucionales.

Por eso, yo creo en la humanización de la salud, justo todo lo contrario al sistema implantado. Humanizar la salud, es sencillamente querer hacer las cosas bien. La humanización en la salud está hecha de lo que las personas sienten y viven todos los días. Es generosa, cercana, humilde, comprensiva, sensible, justa, incluyente y abierta. La humanización contempla la solidaridad como un valor imprescindible, lo que implica, desde luego, pensar en el otro. Tiene como fundamento el SENTIDO COMÚN… así, con mayúsculas. Ese sentido común que está resultando ser el menos común de los sentidos, como nos lo demuestran nuestro sistema cada día y que tenemos como obligación rescatar y poner en valor, para que el sistema de salud que algún día dejaremos a nuestros hijos, gire en torno al ser humano.

Andrés Sigcho O

andres_575@hotmail.com