La defensa constitucional de que todos tenemos la capacidad de elegir y ser elegidos no está en discusión, menos aún que se requiera de una profesión en particular para optar por una dignidad de elección popular. ¡NO! Pancho Pueblo, lo que deseamos es verdaderos políticos que defiendan una ideología y pongan en práctica su convicción filosófica a la hora de construir políticas públicas.
La democracia se sustenta en el fortalecimiento de los partidos y movimientos políticos, en su organización, en su renovación, en su capacitación y en la construcción de bases sólidas sustentadas en la filosofía partidista, en la doctrina y en el ideario de cada organización.
Quien realiza militancia en una determinada tienda partidista, ya como afiliado o adherente permanente de la misma, ha recibido una formación doctrinaria que, unida a su convicción política, dan forma a una clara pertenencia ideológica del partido al cual se pertenece y que, en función de aquello, se encuentra habilitado para representarlo en una determinada lid electoral.
Lo otro, esto es, suscribir una candidatura sin ninguna formación política y militancia partidista, desnaturaliza la política y por ende la democracia, pues, quien en función de prebendas, regalos o acomodos burocráticos acepta este tipo de participaciones, sin duda alguna que se convierte en un oportunista que habita momentáneamente un vientre de alquiler; esto debe cambiar en las próximas elecciones, para que así suceda les deseamos: …buen viento …y buena mar.