Elecciones en Ecuador: entre la desesperanza y la polarización

Las recientes elecciones en Ecuador reflejan un país dividido, desesperanzado y atrapado en una polarización que parece no tener fin. Como ciudadano, observo con preocupación cómo los candidatos, en lugar de ofrecer soluciones, se enredan en acusaciones sin pruebas y en actitudes que distan mucho de inspirar confianza. Daniel Noboa, el candidato presidente, ha optado por el silencio y la arrogancia, lanzando señalamientos graves sin respaldo alguno. Su reaparición, rodeado de medios afines que no cuestionan sus afirmaciones, es un síntoma de la falta de transparencia que tanto daño nos ha hecho.

Por otro lado, Luisa González, aunque más comunicativa, carga con el lastre de Rafael Correa, una figura que, para bien o para mal, polariza al país. Su intento por desmarcarse de los cuestionamientos al correísmo es loable, pero insuficiente. Mientras tanto, Leonidas Iza emerge como una voz alternativa, demostrando que hay un sector de la población que busca opciones fuera de la dicotomía tradicional. Su discurso moderado y su votación significativa son un rayo de esperanza en medio de tanta división.

Lo más preocupante, sin embargo, es la falta de autocrítica en ambos bandos. Tanto el correísmo como el gobierno de Noboa han sido señalados por corrupción y autoritarismo, pero ninguno parece dispuesto a reconocerlo. En lugar de construir puentes, se enfrascan en una guerra de narrativas que solo beneficia a unos pocos y deja al país sumido en la incertidumbre.

A dos meses de la segunda vuelta, Ecuador necesita más que nunca candidatos que prioricen el diálogo y la unidad. La desesperanza no puede ser nuestro destino, se debe exigir respuestas claras, propuestas concretas y, sobre todo, un compromiso real con la democracia. El futuro del país depende de ello.

Santiago Paúl Saraguro Jaramillo

santiagosaraguro29@gmail.com

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *