El botín de la incapacidad

Si bien es cierto, las instituciones encargadas de administrar la cosa pública deben ser eficientes y prestar calidad en los servicios que brindan a la ciudadanía, resulta imposible encontrar esta cualidad en casi todas las instituciones de nuestro país. Indiscutiblemente el fenómeno es bumerán, se extiende en todo el territorio nacional, incluidas ciudades pequeñas como la nuestra.

Con fecha 22/11/2020 el diario “EcotelPress” pública un estudio de investigación, en que establece que la burocracia en el Cabildo de Loja no es justificable desde cualquier punto de vista, encontrándose el mismo al borde de la quiebra.

Según el estudio 2.945 burócratas le representan al cabildo cerca del 27% del presupuesto anual, es decir, el cantón con sus 254.000 habitantes mantiene un pipón por cada 87 ciudadanos; a lo contrario, el cantón Cuenca mantiene 1.238 burócratas con sus casi 505.000 habitantes, es decir mantiene tan solo 1 pipón por cada 408 ciudadanos; si ponemos en esta lista al cantón más poblado del Ecuador, Guayaquil, este con sus 10.500 burócratas para sus 2´723.665 habitantes, mantiene 1 pipón por cada 259 habitantes y así la lista sigue, este no es un problema de ahora, este se ha generado a lo largo de 30 años de caciquismo en la administración.

Será que los lojanos somos tan tercos o tan recios, que, para cumplir las ordenanzas, pagar las multas y los impuestos, necesitamos tantos avispones, o, simplemente el cabildo es el botín político de ciertos gamonales que se creen dueños de Loja.

La verdad conciudadanos como podrimos comparar la gestión administrativa de nuestros vecinos, con la nuestra, el despunte urbano, comercial y logístico de la ciudad de Cuenca es notorio, e indiscutiblemente esa prosperidad va de la mano con la gestión administraba de sus autoridades.