El reciente accidente ocurrido en las vías de nuestra provincia, ha dejado una marca imborrable en la memoria colectiva de Loja y del país, la pérdida hasta el momento de 18 vidas humanas y varios heridos es un recordatorio estremecedor de la fragilidad de la vida y de la responsabilidad compartida que tenemos en la prevención de tragedias similares a esta, en la que un bus de transporte interprovincial perdió los frenos, poniendo fin a los sueños de cada una de las personas fallecidas, que viajaban con la esperanza de un futuro, que representaba un mundo de anhelos truncados de manera abrupta e injusta. Imagino el dolor de la pérdida para sus familiares; padres, hijos, hermanos y amigos, que hoy lloran la ausencia de quienes hasta hace poco eran parte de su existencia, dejándoles una herida difícil de sanar.
Sin embargo, en medio del luto y la tristeza es imprescindible reflexionar sobre las causas de esta tragedia y tomar medidas concretas para que no se repita; la revisión técnica periódica de las unidades de estas empresas y para las autoridades encargadas de regularlas, debe ser una prioridad ineludible con el objetivo de que nadie más tenga que vivir el dolor de perder a un ser querido en circunstancias tan evitables y sobretodo es una gran responsabilidad no solo porque sus servicios son esenciales para la movilización de la población; sino también porque los usuarios confiamos en que seremos llevados a nuestro destino con seguridad.
Talía Guerrero Aguirre
Talia.guerreroa@hotmail.com